¡A cubierto!
Ubicación:
Alcázar de San Juan, Ciudad Real
Superficie:
16.500 m2
Fecha:
2019
Estado:
Concurso – 3º premio
Autores:
FM. Paco Fernández y Carlos Montes
Fotografías:
FM
Observar el lugar desde la escala territorial es fundamental para entender el proyecto como nexo de unión entre las lagunas y Alcázar de San Juan, casi como una continuación de estas junto con el parque existente, encontrándose en el límite entre ciudad y territorio. A una escala menor, el lugar de la propuesta, debido a la situación de nexo de unión entre el parque Alces y el centro, se muestra como un futuro lugar de paso, al que se le podría dar un carácter de “estancia” que recogiese ciertas actividades.
Otra de las carácterisitcas de la localización de la propuesta es que se sitúa en un gran eje de comunicación que cruza Alcázar de este a oeste. Esto es muy importante, ya que supone una parte más de un “todo” que es el recorrido que empieza en la estación de tren y que va hasta la salida de la ciudad, el campo y las lagunas, pasando por la calle Emilio Castelar y la plaza España, conformando quizás el eje más importante de Alcázar, junto con la importancia de las vías de tren y que configuran la forma urbana de la ciudad. Por otra parte, se entiende, debido al tamaño de la ciudad y su topografía, bastante plana, la necesidad de fomentar recorridos peatonales y para la bici, dándole prioridad sobre el vehículo privado.
El proyecto para el entorno de la plaza de toros de Alcázar se podría explicar a partir de una serie de intervenciones que son las partes que forman el todo: Intentar llevar el mismo pavimento a todo el ámbito, entendido como peatonalizado, contando con rasante única. Para favorecer la total accesibilidad a todo el lugar, que sea fácilmente transitable y donde debe primar la persona frente al vehículo. La calle entendida como espacio de encuentro social y cultural, donde ocurre la vida, y no como una vía rápida de comunicación. Entender la función de la pieza urbana como articulación entre espacios urbanos de carácter abierto como el Parque Alces y los espacios del ferial, con las calles residenciales y el centro. Favoreciendo una transición entre ambos. Respetar al máximo el arbolado e integrarlo también en el proyecto, incluyéndolos en los caminos y rincones que se forman en este futuro parque, integrando en ellos también las zonas de juegos para niños. Situar un elemento de gran centralidad, un espacio tanto para pasar como para estar, donde se pueda albergar diferentes actividades, desde mercadillos a cualquier otro acontecimiento, y que además tenga carácter y escala de acuerdo al lugar donde se encuentra. Un espacio verde, en sombra, agradable.
Para conseguir un nuevo espacio más accesible, flexible, y que continue siendo verde, se decide hacer tabula rasa con el pavimento y la configuración formal actual, pero teniendo en cuenta el lugar que ocupan los parterres hoy y, aún más importante, los árboles existentes. A partir de los árboles, y a modo de tapiz sobre toda el área de la intervención, se conforman los nuevos parterres. Básicamente, la forma viene dada del negativo de la agrupación de árboles que acaban formando los caminos, generando al mismo tiempo lugares de paso y rincones donde sentarse y descansar. Esta configuración para en los espacios del ámbito por necesidades de paso de vehículos, donde sí continúa el dibujo de adoquines que formará el suelo.